¿Qué sabemos sobre Castillo de Fougères-sur-Bièvre?
Ubicado en el sereno paisaje del Valle del Loira, el castillo de Fougères-sur-Bièvre se erige como un símbolo notable de la arquitectura medieval y la historia francesa. Este castillo, que originalmente formaba parte de un modesto señorío durante la tumultuosa Guerra de los Cien Años, ha sido testigo de la evolución de Francia desde la época medieval hasta nuestros días.
Los orígenes de Fougères-sur-Bièvre se remontan al siglo XV, cuando Pierre de Refuge, consejero de confianza del rey Carlos VII y más tarde funcionario de alto rango bajo Luis XI, adquirió la finca. En 1470, con permiso real, Pierre comenzó a construir una residencia fortificada, un reflejo tangible de su creciente estatus e influencia. El castillo fue diseñado para impresionar, con un puente levadizo, matacanes, torres de vigilancia y saeteras, características distintivas de una verdadera fortaleza medieval, incluso si su importancia estratégica era mínima dado el terreno plano que lo rodeaba.
A pesar de su formidable exterior, Fougères-sur-Bièvre fue construido pensando en la comodidad, un lujo poco común en la época. La torre principal, o torre del homenaje, contaba con pisos residenciales equipados con chimeneas, grandes ventanales e incluso letrinas, un testimonio de los avanzados estándares de higiene de la época. El patio del castillo, adornado con intrincadas esculturas, contribuía a la grandeza de esta noble residencia.
El toque renacentista
Después de Pierre de Refuge, la propiedad pasó a su sobrino, Jean de Villebresme, en 1510. Jean completó la construcción del castillo, cambiando gradualmente su estilo del gótico al renacentista. Añadió una capilla en 1520 y una elegante galería porticada que conectaba la capilla con la torre principal, que recuerda a los elementos arquitectónicos encontrados en el cercano castillo de Blois.Con el paso de los siglos, Fougères-sur-Bièvre fue perdiendo gradualmente su atractivo para los sucesivos propietarios. En la época de la Revolución Francesa, se había convertido en poco más que un edificio antiguo, mantenido por los agricultores de la finca. En 1789, René Lambot, ingeniero y consejero del rey Luis XVI, compró la propiedad y la integró en su finca vecina, el castillo de Boissay.
En el siglo XIX, el castillo se transformó en un taller textil bajo la dirección del heredero de René Lambot. En la capilla se instaló una rueda hidráulica accionada por turbina y se desvió el río Bièvre para alimentar la maquinaria. Este período de actividad industrial marcó un cambio significativo en la función del castillo, pero en 1901, el negocio textil había decaído y el taller fue reemplazado por un aserradero, que también fracasó en 1911.
Conservación y restauración
Fougères-sur-Bièvre enfrentó abandono y deterioro hasta que fue designado monumento histórico en 1912. En 1932, el estado francés adquirió el castillo, iniciando extensos esfuerzos de restauración. Los trabajos, que incluyeron la reconstrucción de las saeteras, el muro de entrada de la capilla y las grandes chimeneas, duraron varios años. La tarea más desafiante fue la reparación del techo, que requirió la experiencia de seis artesanos que trabajaron durante dos años y medio para cubrir los 4.500 metros cuadrados utilizando materiales y técnicas tradicionales.Durante la Segunda Guerra Mundial, Fougères-sur-Bièvre jugó un papel crucial como refugio seguro para artefactos de valor incalculable, incluido el famoso tapiz "La dama y el unicornio", esculturas de Rodin y las vidrieras de la catedral de Chartres. Este capítulo poco conocido de la historia del castillo resalta su importancia más allá de su belleza arquitectónica.
Hoy en día, Fougères-sur-Bièvre está gestionado por el Centro de monumentos nacionales y está abierto a los visitantes que deseen explorar su rica historia y su esplendor arquitectónico. El castillo, con su combinación de fortificaciones medievales y elegancia renacentista, ofrece una visión única del pasado, lo que lo convierte en un destino de visita obligada tanto para los entusiastas de la historia como para los viajeros.
Los visitantes pueden explorar el castillo por una tarifa individual de 7,00 €, con entrada gratuita disponible durante las Jornadas Europeas del Patrimonio (el tercer fin de semana de septiembre) y el primer domingo del mes de enero a marzo y de noviembre a diciembre.
Descubra el encanto eterno de Fougères-sur-Bièvre y sumérjase en las historias de quienes alguna vez caminaron por sus pasillos: ¡esta joya histórica espera su visita!