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Cordillera del Pamir

¿Qué sabemos sobre Cordillera del Pamir?


El Pamir, nudo del Pamir o Pamires —o incluso poco acertadamente cordillera del Pamir[Nota 1]​—, es un macizo de alta montaña del Asia central centrado en la región del Alto Badajshán, en el este de Tayikistán, que se extiende por Afganistán, la República Popular de China, Kirguistán y Pakistán. Nudo orográfico[Iv. 1]​ situado en la unión de varios sistemas —los montes Tian, al norte, la cordillera del Kunlun, al este, los Karakoram, al sur, y el Hindu Kush, al suroeste​—, tiene tres cumbres principales de más de 7000 m —como el pico Ismail Samani, generalmente considerado como su punto culminante a 7495 m—, que lo convierten en el quinto sistema montañoso más alto del mundo, y una de los únicos seis que superan los sietemil metros. Junto al Tíbet, era conocido en tiempos victorianos como el «techo del mundo» (Roof of the World), en una traducción aproximada del término persa.​ Es conocido también por su nombre en chino, Congling.​
Pamir se aplica también a cierto tipo de valle glaciar más fértil que las montañas y las mesetas que lo rodean. Estos últimos están generalmente sujetos a condiciones climáticas extremas, con escasas precipitaciones y diferencias significativas de temperatura, en particular en la mitad oriental desértica del macizo. Sin embargo, el Pamir es una de las regiones que tiene más glaciares fuera de los polos, incluido el glaciar Fedchenko de 77 km de longitud. Esto le permite ser recorrido por una gran cantidad de ríos que pertenecen a las cuencas del Amu Daria, en el oeste, y a la del Tarim, en el este, y tener cientos de lagos. Si bien la pobreza de la flora caracteriza a la ecorregión única de tundra y desierto de altitud del Pamir, la fauna es muy diversa, sobresaliendo el argali de Marco Polo, una especie endémica y amenazada de extinción.
El macizo ha sido frecuentado por el hombre desde hace varios milenios. El lapislázuli encontrado en las tumbas egipcias se considera que provenía de la región del Pamir.​ Hacia 138 a. C. Zhang Qian ascendió por el valle de Ferganá, al noroeste de los Pamires.​ Claudio Ptolomeo ya describió vagamente la ruta comercial en esta área.​ Aproximadamente en el año 600, peregrinos budistas viajaban a ambos lados de los Pamires para alcanzar la India desde China.​ En el año 747, un ejército de la dinastía Tang estuvo en el río Wakhan.​ Se encuentran en el macizo itinerarios secundarios de la ruta de la seda desde la Antigüedad. Sin embargo, solo los tayikos desde el siglo II y los kirguises a partir del siglo XVI se establecieron allí. Marco Polo fue el primer europeo en mencionar, en el siglo XIII, su travesía del Pamir. Pocos siguieron sus pasos hasta mediados del siglo XIX —se recuerda en 1602, a Bento de Goes, que viajaba desde Kabul a Yarkanda y dejó un informe sobre la cordillera del Pamir​— cuando fue explorado; en 1838 el teniente John Wood llegó a la cabecera del río Pamir.​ Desde aproximadamente 1868 hasta 1880, un número de hindúes del servicio secreto británico exploraron el área Panj.​ y la región fue colocada en el corazón de un conflicto geopolítico, El Gran Juego, entre el Imperio ruso, en el norte, y la India británica, en el sur. El macizo cayó en el olvido occidental en el siglo XX. En el siglo XXI, está poblado por diferentes poblaciones que se han adaptado a las montañas: tayikos, al oeste y sur, y kirguises, al norte y al este. Estos últimos llevan una vida seminómada, llevando a sus animales a pastar en los pocos pamires fértiles. Han perpetuado una cultura rica en muchas tradiciones particulares.
El Pamir sigue siendo una de las regiones más aisladas del mundo. Las infraestructuras están muy poco desarrolladas y la población sigue dependiendo de la ayuda externa. El turismo, enfocado principalmente en el montañismo, el trekking y el ecoturismo, está desarrollándose, a pesar de la existencia de muchas áreas protegidas, incluido el parque nacional Pamir, que es el más grande de Asia Central.
Cubiertos por la nieve la mayor parte del año, y batidos por abundantes granizadas, los Pamires gozan de un clima alpino de inviernos largos y muy fríos y veranos cortos y frescos. La precipitación anual, con un promedio de 130 mm, mantiene praderas y muy pocos árboles.

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