¿Qué sabemos sobre Palacio de Tau y Catedral de Notre-Dame?
El Palacio de Tau (en francés, Palais du Tau) es un palacio arzobispal en Reims, Francia. Se relaciona con los reyes de Francia, cuya coronación tenía lugar en la cercana catedral de Notre-Dame. Junto con la Basílica de Saint-Remi y la catedral de Notre-Dame, se convirtió en Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en 1991.
Una gran villa galorromana aún ocupaba el lugar del palacio en los siglos VI y VII, y más tarde se convirtió en un palacio carolingio. El primer uso documentado del nombre data del año 1131, y proviene de la planta del edificio, que recuerda a la letra «Τ» (tau, en el alfabeto griego). La mayor parte del primer edificio ha desaparecido: la parte más antigua que se conserva es la capilla, del año 1207. El edificio fue ampliamente reformado en estilo gótico entre 1498 y 1509, y modificado hasta su actual apariencia barroca entre 1671 y 1710 por Jules Hardouin-Mansart y Robert de Cotte. Resultó dañado por un incendio el 19 de septiembre de 1914, y no se reparó hasta después de la Segunda Guerra Mundial.
Era la residencia donde permanecían los reyes con ocasión de su coronación. El rey se vestía para la coronación en el palacio, antes de marchar hacia la catedral; después, se celebraba un banquete en el palacio. El primer banquete de coronación documentado celebrado en el palacio fue el de 990, y el último, en 1825. La salle du Tau («sala del Tau»), donde se celebraba el banquete real, alberga una inmensa chimenea que data del siglo XV.
Desde 1972, el palacio de Tau es un museo nacional llamado Musée de l'Œuvre que muestra la estatuaria y las tapicerías de la catedral y, en dos cámaras acorazadas, el Tesoro, que implica, en particular, relicarios y numerosos objetos utilizados con ocasión de la consagración de los reyes de Francia. Entre estos relicarios, se pueden citar el talismán de Carlomagno, regalo del califa Harún al-Rashid. Esta joya en oro, esmeralda, perlas y zafiros conteniendo una espina de la verdadera Cruz, se encontró en el cuello del emperador al exhumársele en 1166.
Recibe alrededor de 100.000 visitantes cada año. Desde el 1 de enero al 30 de junio de 2008, la entrada a la exposición permanente ha sido gratuita.
La catedral de Nuestra Señora de Reims es una catedral de culto católico de la ciudad francesa de Reims, en el departamento de Marne, al noreste del país. El templo, que se encuentra bajo la advocación de Nuestra Señora, la Virgen María, es la cabeza de la archidiócesis de Reims.
Construida en el siglo xiii, después de las catedrales de París y de Chartres, pero antes de las catedrales de Estrasburgo, Amiens y Beauvais, se trata de uno de los edificios góticos de mayor importancia en Francia, tanto por su extraordinaria arquitectura como por su riquísima estatuaria.
En el siglo v, el obispo san Nicasio levantó una primera catedral sobre antiguas termas romanas. Dedicado ya a la Virgen María, este edificio fue el escenario del bautizo de Clodoveo (498), consagrado por el arzobispo San Remigio. En 816, el hijo de Carlomagno, Ludovico Pío elige Reims para ser consagrado emperador. El prestigio del santo óleo y la potencia política de los arzobispos de Reims llevaron a establecer definitivamente el lugar de la consagración real en Reims, a partir del reinado de Enrique I (1031-1060).
El 6 de mayo de 1211, el arzobispo de Reims, Aubry de Humbert, inicia la construcción de la nueva catedral de Reims (el edificio actual), destinada a sustituir la catedral carolingia, destruida por un incendio en el año anterior. Se sucedieron en las obras cuatro arquitectos (Jean d'Orbais, Jean-le-Loup, Gaucher de Reims y Bernard de Soissons), y en 1275 ya estaba el grueso de las obras terminado. La catedral, pues, estaba acabada para finales del siglo xiii, con la excepción de la fachada occidental. Esa sección se construyó en el siglo xiv, a partir de los diseños del siglo xiii; la nave central mientras tanto se había alargado para abrir espacio para las muchedumbres que acudía a las coronaciones. Las torres, de 81 metros de alto, se diseñaron en principio para alcanzar los 120 metros. La torre meridional tiene dos grandes campanas; una de ellas, a la que se llama «Charlotte» por Carlos, cardenal de Lorena en 1570, pesa más de 10 000 kilos.